La policía y el ejército ya empezaron sistemáticamente reprimir las manifestaciones que exigen el retorno del presidente Zelaya a Honduras. Cerrados los canales oficiales de televisión, cortada la energía eléctrica en un principio, la Internet, la telefonía, cerradas emisoras. Lo único que se ve en la televisión que funciona en Honduras son canales transmitiendo “comiquitas” y programas de variedades, como ocurriera en el 2.002 en Venezuela, durante el golpe de Estado. La derecha política en Venezuela, opositora al gobierno de Hugo Chávez, ya está empezado su campaña para justificar el golpe de Estado en ese país, montada en la ola anímica de soñar con que el fenómeno se contagie hasta nuestras fronteras. Mira la forma cómo defenestran a un presidente y eso la entusiasma, hace que pierda el seso, que sienta orgasmos. Y nada que dice que tiene frente a sus ojos el verdadero comportamiento de un estado represor y confiscador, lo cual nada tiene que ver con el respeto a sus derechos que el gobierno venezolano le dispensa cuando ella, la oposición, marcha o manifiesta sus inconformidades. Arma un escándalo a veces porque un funcionario policial la roza con su uniforme, clamando al cielo el porqué de tan salvaje dictadura. Esto sí: Chávez el dictador, asesino, cerrador de canales, cultivador de presos políticos, etc.