Adios, Gringo

El embajador Bernardo Álvarez suspendió su rueda de prensa y empezó a enmaletar para venirse a casa.  Tenía pautado informar al colectivo mediático estadounidense sobre los esfuerzos que Venezuela hace en materia de guerra contra el narcotráfico.  ¡Pero qué...!  ¿Valía la pena?  El presidente le había dicho que se viniera inmediatamente, antes de que lo echaran, como en efecto ya se pronunció el vocero McCormack, "expulsando" también al embajador de Venezuela allá.  Lo importante es que se toma una decisión hoy que debió tomarse hace mucho tiempo, entre tantas otras que los más vehementes le critican no tomar a tiempo a Chávez.  El asunto de poner en entredicho la relación con los EEUU estaba pendiente desde el mismo año 2.002, cuando apoyó el golpe de Estado, y también en los años subsiguientes.  ¿Cómo era posible soportar la presencia de ese país en el nuestro, habiendo apoyado el golpe de Estado y hablando a cada rato de mortificaciones para la paz nacional?  Sencillamente desde un tiempo era una plaga esa embajada en Venezuela, había que cortar por lo sano.  ¡Al fin!  Celebrable es por lo que de sano comporta.  EEUU lo que trae es miseria para con los países que se le adosan.  Son, sencillamente, una cámara de torturas civiles, de mentiras y explotación.  Por supuesto que hay reacciones:  la primera de los pitiyanquis nacionales, que no lo pueden creer y que se figuran no podrán respirar sin sus ropas y artefactos importados; la segunda, de los mismos políticos en EEUU, entre ellos el enemigo acérrimo de Venezuela, Connie Mack, legislador por Florida, quien ya mete a los rusos en la toma de decisiones de Venezuela.  Dijo esto:  "Estas recientes acciones no podrían ser posibles sin la creciente presencia, influencia y guía de Rusia, y podrían haberse prevenido si la Organización de Estados Americanos (OEA) hubiese tenido el liderazgo y voluntad para hacerlo".  Pobre payaso:  para ellos el mundo es una relación de esclavitud, y sólo son libres quienes se doblegan y no buscan nuevos espacios de libertad.  No pueden comprender la solidaridad, como la que acaba de ensayar Venezuela apoyando a Bolivia, acuciada por las asquerosidades que ellos allá le fomentan.