Patético Alejandrito Sanz. Llora y llora porque no lo dejarán ganarse unos dólares en Venezuela el día de los enamorados. Por ahí anda con el cuento de que ningún hotel en el país lo quiso hospedar por miedo al "régimen"; que el "régimen" transige con personas de diferentes de criterios, que si lo declararon persona no grata. Me pregunto hasta cuánto se estirará el cuento con este payaso. ¿De qué modo nos hace falta oír su guitarra y sus pertrechos musicales? Fue un tremendo error de su parte incurrir en política siendo cantante, como ha ocurridos con otros cuantos payasitos de la actuación en Venezuela. Zapatero a su zapato.
LA ONU CONTRA LA HUMANIDAD
Hace 1 mes
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