Qué pena con la oposición política venezolana! Lleva ya años limpiándose el estigma de golpista para echar a perder todo como lo ha empezado a hacer, para lanzar por la borda, en la primera oportunidad, el grande y mediático esfuerzo de recomposición de su imagen. Me refiero a los resultados de las elecciones regionales, donde logró un significativo avance en cuanto a dominar entidades de importancia demográfica en el país. En las primeras de cambio, pasada la sorpresa de la eventualidad, se lanzó, como vimos, a comportarse como siempre desde el chavismo se le ha criticado: con violencia, con fascismo, con trampa, con sed de revancha... Sencillamente, desilusionante. No se puede explicar cómo una factoría política sigue insistiendo en recuperar el poder por la fuerza, sin respetar los convenios; tampoco, cómo deja escapar oportunidades preciosas para reivindicarse ante los venezolanos como fuerza política confiable y suficiente, amante de su país y legalista. Tristemente, una pena, a no dudar. Hoy, según ha recibido la conquista electoral de ciertas entidades, parece enervar sus pruritos revanchistas y belicosos, lanzándose a la ilusión de que es dueña de Venezuela, lo que equivale a decir que habrá que esperar renueve sus bríos conspirativos para salir de Hugo Chávez. Sin duda, quiere el país a cómo de lugar, bajo dictadura o en medio de una guerrilla, pero en una situación donde sea ella la que detente el poder reconocido de Estado. Quizás como Colombia, donde EEUU apoya a las oligarquías; o como en Pakistán, donde hasta hace poco EEUU apoyaba al sátrapa Musharraf. Para ella, cuando se trata del poder, no parecen existir ni importar los medios para alcanzar los fines; importa el poder por el poder. Lo acaba de dejar demostrado con las persecuciones y desalojos a los que somete a los chavistas en las entidades conquistadas. Es su modo eterno de ser, selectiva, elitesca, fascista, siendo siempre la misma aunque se mude de ropa; le va a las mil maravillas el refrán "Perro que come manteca mete la lengua en tapara". Tal cosa sugiere que también no se puede tener contemplaciones con ella y hay que darle un invariable tratamiento: la severidad de la ley, sin amnistías generosas, como hasta ahora se ha hecho.
LA ONU CONTRA LA HUMANIDAD
Hace 1 mes
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