No se puede ser más cínico. Ahora Uribe llora porque Venezuela presuntamente le tiende un “Muro de Berlín” económico a Colombia, dejando de comprar su mercancía y promoviendo que otros países lo hagan también, con el resultado de que cada uno de ellos ha empezado a sustituir por otras fuentes los productos colombianos. El llorón dice que Venezuela se queja mucho del bloqueo que le tienen los gringos a Cuba, y no mira cómo ella misma cerca a Colombia, cuyas exportaciones a Venezuela cayeron en un 71% durante el mes de octubre de este año, en relación al mes de octubre pasado. Le tenía una celada al presidente venezolano allá en Portugal, donde se realizó la Cumbre Iberoamericana de Estoril, y a la que el presidente venezolano no asistió. Probablemente le iría a decir: “Presidente Chávez, usted que habla tanto de integración, tanto en contra del embargo a Cuba, ¿por qué nos embarga ahora, por qué nos agrede?” Y lo más probable es que hubiera volado una paloma del Espíritu Santo en su entorno. ¿Se puede ser más cínico? ¿Quién agrede a quién? ¿Quién ha vendido el alma de su pueblo a potencias extranjeras para que instalen bases de guerras en su suelo? Ese hecho da la respuesta: al enemigo, ni agua. Uribe es enemigo del alma latinoamericana. Pareciera soñar con su país anexado a los EEUU, así sea al precio del hundimiento de los demás. No se puede, pues, financiar semejante traición. Que Venezuela, Ecuador, Bolivia y otros países concientes corten ingresos que puedan sostener económicamente tal infamia tiene que verse por fuerza de la dignidad como un hecho eximio.
LA ONU CONTRA LA HUMANIDAD
Hace 1 mes
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