El hecho que entre el año 2.004 y 2.007 el intercambio comercial intrarregional en América Latina haya aumentado en un 87%, es decir, de 62 mil millones a 116, constituye un indicio de que la tan combatida integración continental va tomando forma en las conciencias de los dirigentes, duélale al imperio que le duela. Y ya sabemos que las motivaciones sociales, de los pueblos, se soportan en amplia medida en el aspecto económico. Las proyecciones hacia el año 2.020 son halagüeñas, con unos latinoamericanos cada vez más centrados en gastar entre sí y en sí mismos, quitando la habitual vista de la potencias industrilizadas, de corte colonialista, que con tantos años de intercambio lo que han dejado es miseria y dependencia. Empezamos a mirar hacia nosotros mismos, a preocuparnos por nuestra autonomía económica, aunque con ello preocupemos a otros que buscan el vasallaje. Son pequeñas cifras, pero están insertas dentro de tendencias y proyecciones. Los especialistas pronostican que nuestra región será una de las menos afectadas por el fenómeno de recesión en el que ya entró la economía y el dolar gringos. Todo el planeta sabe que si América Latina se une económica y políticamente se convierte en bloque en una potencia mundial, autosuficiente, como otras regiones del mundo. Pero, claro, primero hay que ser soberanos para tomar decisiones y decirle "no" a un país que anda por ahí interesado en que nos dividamos y nos peleemos para ellos pescar en río revuelto, como siempre han hecho.
LA ONU CONTRA LA HUMANIDAD
Hace 1 mes
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