Tres autobuses -y a duras penas- llenaron los estudiantes opositores concentrados en la Plaza del Rectorado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) para su marcha el 27 de febrero, en contra de la democratización del cupo universitario en el país. Fue algo realmente penoso, más cuanto se sabe que los chicos no tenían nada que protestar y a última hora, después de lanzar la botellita, hallaron que podían hacerlo por cualquier cosa, así la medida protestada beneficiase a las mayorías y fuese democrática, porque el propósito era aguar la liberación de rehenes desde Colombia a favor político del presidente Hugo Chávez. Su líder, un joven apellidado Sánchez, apenas coordina palabras de modo inteligible, como si se diera la mano con Manuel Rosales en eso de hablar garabatos. Sin embargo, también es cierto eso de que no quieren que sus universidades se le llenen de pobres y de gente que supuestamente no tiene el caché que ellos.
LA ONU CONTRA LA HUMANIDAD
Hace 1 mes
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