Se derrumban los ánimos en Colombia: papá Tío Sam decidió no firmarle ningún Tratado de Libre Comercio (TLC). Mucho paisa quedó por allí con las ganas de terminar de destrozar la mano de obra campesina u obrera, cuando no al pequeño y mediano comerciante. Lo ven en México y no se lo pueden creer: ¡cómo los TLC destruyen a los más pendejos! Los fregó la doble moral gringa, esa que por un lado apoya el Plan Colombia con todas sus bajezas imperialista, de homicidio y trasgresión soberana, y por el otro, grita histérica ante la probabilidad de estar financiando desde el congreso un aparato de Estado paramilitarista. Nada bien se vería que dijeran "EEUU apoya al dictador de Pakistán, al genocida Israel y al paramilitarista Uribe". Tremenda torta. Costoso está saliendo el error de haber bombardeado a Ecuador con el cuentico importado de la guerra preventiva. Se hace de noche para Uribe, de esas noches de soledad paternal. El Tío Sam se aleja, se hace el loco, anda por allá con Thomas Shannon intentando arreglar las cosas con Argentina y Venezuela. Uribe se revuelve, y no es de extrañar que intente algo violento contra un vecino para tratar de cambiar la rueda de la fortuna política, atrayendo hacia sí el amparo del amor norteño. Ya dijo por allí que no se arrepentía de los bombardeos... y eso se dice cuando nadie se lo pregunta y se empieza a dudar de la convicción propia. Simple autoafirmación.
LA ONU CONTRA LA HUMANIDAD
Hace 1 mes
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