Nunca deja uno de sorprenderse con la oposición política venezolana y con la derecha política en general, cuando encarnan en sus discursos los más increíbles razonamientos de defensa de sus menguantes privilegios. En medio de su loco proceder, asumen que el mundo está chiflado como ellos. Asumen que tú y yo somos unos estúpidos que no razonamos, que perdimos la inteligencia con la caída de ellos y que nos hicimos idiotas con los nuevos tiempos, sin ellos. Su cacarareos apuntan a que el país -sin ellos- se dirige hacia la hecatombe, haciéndole falta su alta investidura y porte, sus grandes manos ladronas y su caché de personas procedentes de otro planeta, de sangre noble o interplanetaria. No parece apenarles por qué han perdido el favor de las masas, cómo hundieron al país durante tantos años, privatizándolo y regalándolo a las transnacionales. Les avergüenza con los EEUU que no les haya dado tiempo de despedazar a PDVSA. Parecieran lamentarse de cualquier logro de este gobierno, porque el país que ellos defendían no era el país de todos ni el del presente. Les molesta el petróleo a $130, el avance en el deporte, los triunfos de la Vinotinto, cualquier cosa que obligue a alguien expresar que Venezuela gana. Añoran los tiempos en que los ministros se la tiraban de vivos y se iban del país con maletas millonarias, contentiva de sumas destinadas a la inversión social. Como Vinicio Carrera y su maleta llena de millones, mismos que se irían a utilizar en la construcción de la Autopista de Oriente. De continuo lloran y se molestan con el gobierno porque le pide papeles al extranjero antes de entrar a Venezuela, como ocurrió con el segundo a bordo de Microsoft, quien tuvo que esperar seis horas dentro de su avión. Arguyen que así el gobierno aleja las inversiones. Hacen de su desvergüenza e indignidad, de su derrota, de su jalabolismo crónico, un estilo de vida y una política de Estado. Por allí siguen llorando el viejo modelo de las "grandes inversiones", el neoliberalismo exacerbado que predican, tratando de engañar al pueblo adoctrinándole que el actual gobierno aleja las inversiones, sin decirles que las inversiones a las que se refieren son sus apátridas muecas de entreguismo nacional que bastante practicaron en el pasado.
LA ONU CONTRA LA HUMANIDAD
Hace 1 mes
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