¿Ya lo supieron, no? Hace poco, en hora secesionista para América Latina (Bolivia) y de insinuaciones respecto de Venezuela y su estado Zulia, el filosófico gobernador de esa entidad, Manuel Rosales, se fue hasta Colombia a departir un rato con su presidente, Álvaro Uribe Vélez. Se encontraron en Valledupar, en ocasión de un festival vallenato. Lo curioso del hecho es que el hombre se comportó como el jefe de Estado de Venezuela, es decir, le habló al presidente colombiano de la necesidad de "estrechar" las relaciones entre los dos lugares, Colombia y el estado Zulia. Tal cual si estuviera haciendo política exterior para Venezuela, ¡un gobernador de estado! ¿Qué les parece, tanto más absurda la situación cuanto más es cierto que entre ambos países hay una situación de tensión? Obviamente, lo único que falta es que el Zulia sea visto como la República del Zulia o algo por el estilo para que el gobernador se sienta plenamente justificado en su comportamiento de presidente de algo. ¡Ay, gente de la oposición! ¡Y después se molestan cuando los llaman secesionistas! Ello sin mencionar que en una sesión de Cámara de su estado se le dio derecho de palabra a una organización (Rumbo Propio) que disfraza el autonomismo con el trillado argumento de la descentralización, como hace el gobernador mismo, y como también saltó al ruedo otro político de la Cuarta República, Enrique Salas Römer, pidiendo autonomía para Carabobo. Pero lo que dijo éste último ex gobernador, textualmente, llevado por el ánimo de aportar su grano al bochinche separatista que se quiso incendiar para Venezuela con la ola formada desde Bolivia: "La descentralización es un instrumento que conduce a la autonomía, que es relativa, pero que es sendero que debemos transitar y el proyecto político alterno que debemos presentarle al país frente al régimen que tenemos". ¿Puede alguien afirmar que no dan pie para que los interpreten secesionistas? ¡Por favor...!
LA ONU CONTRA LA HUMANIDAD
Hace 1 mes
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