EEUU, ¿pueblo de borregos o de grandes pastores?

Alguien que no atino a recordar decía que el pueblo norteamericano es el más adoctrinado del mundo,  hecho que explica su silencio ante el desmán de sus gobernantes.  Los medios de comunicación mandan y fabrican una realidad de libertades que castra y ridiculiza cualquier brote de protesta, poniéndolos a comer no del hecho de que sus habitantes poseen un alto nivel de vida, consumista en extremo, sino de la tesis de que son el primer pueblo del mundo, la Nueva Inglaterra, la primera potencia mundial.  Pero EEUU tiene más problemas de los que deja filtrar la prensa “independiente” y su fábrica de realidad.  Hoy mismo vive una recesión que ha quebrado a cientos de miles, el dólar se debilita y pierde terreno tanto con el yen como el euro, problemas de exclusiva distribución de la riqueza, de pobreza significativa en determinadas áreas y entre específicos sectores raciales, problemas de índole moral y ética con las devastadoras guerras que cada rato inventa quienes ejercen el poder...  Pero todo se arregla:  el Estado interviene y tapa el hueco con sus grandes corporaciones mediáticas, mandando al diablo la doctrina neoliberal de no intervención estatal en los hábitos del mercado, tesis que tanto le imponen a otros países vía fuerza.  ¿Locura?  ¿Invento? Hará una semana que se descubrió una pila de sesudos opinadores, supuestamente casuales o independientes, que tomaban los micrófonos y pantallas de los medios para expresar sus opiniones "expertas" a favor de la política guerrerista e intervencionista del gobierno, llenos de optimismo ellos, negadores de la problemática económica.  El propósito:  incidir en el tonto pueblo norteamericano, lavarles el cerebro, acallar cualquier posibilidad de pensamiento que no sea su puesto comprando vainas a granel e innecesarias.  Que no vean la verdad, el fiasco; que no descubran el engaño y la manipulación de las mentes a la que sistemáticamente es sometido.   Hoy se sabe que los supuestos expertos no son más que gente que había trabajado para el gobierno, jubilados, ex combatientes o ex militares, profesionales, a los que el gobierno de George Bush les pagó para que le lanzaran flores.