El dicho dice que unas son de cal y otras de arena. Se murió Marulanda, y mucho fue el que sufrió entre el gobierno colombiano por no haberlo podido matar en algún operativo con el cual llenarse de puntaje político militar. Por ahí chillaron hasta que se calmaron. Se fue de modo natural y no por causa de manos enemigas, y ello deja a unos con el cuenco desanimado y al otro con la moral arriba. Pero luego sobreviene un bombardeó y se va otro cabecilla, está vez en medio de un operativo de las fuerzas enemigas. Punto para quien corresponda, militarmente hablando. Pero antes el gobierno colombiano se las había visto no muy propicias con una política internacional humanitaria tampoco muy bien vistas por sus principales jerarcas, con repercusiones internas de soberanía en bancarrota. Lucía Uribe entonces como el inepto presidente de Colombia, incapaz de resolver sus propias cuentas. Después ocurre que el paramilitarismo es develado en su penetración dentro del gobierno colombiano, donde casi se ha institucionalizado, cosa que sigue hablando de la guerrilla, porque paramilitarismo −hay que recordarlo− es oposición guerrillera. La guerrilla es, pues, siempre el tema. Ahora hoy Chávez fustiga a la guerrilla, llamándola a repensar su estrategia, y, como es lógico, la curia oligárquica y gubernamental colombiana alza sus gritos hasta el cielo, cantando victoria. En su criterio es devastador que el gran supuesto aliado las llame a botón. Pero recuérdese también que la guerrilla se había anotado tremendas puntuaciones con la liberación de unos cuantos prisioneros y la calificación beligerante por parte de la Asamblea Nacional venezolana. Ahora se repiensan y, por lo pronto, contestan que no van a ningún desarme y que se trata de una opinión personal de Hugo Chávez. Más luego se oye la opinión de la hija de Gaitán, Gloria, hablando de cambio de estrategias, de revolucionarios y derechos humanos, resaltando que las FARC han perdido la batalla del afecto popular, porque el paisa de Uribe, con todo y el desastre de la parapolítica, tiene más estima popular. Es para pensar, finalmente. Estamos pendientes de cómo habrá de parar el asunto. Tal vaivén es lo que se conoce como gaje y contienda políticos.
LA ONU CONTRA LA HUMANIDAD
Hace 1 mes
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