Es verdad, la inseguridad nos mata. No puede taparse el sol un dedo. El accionar del Estado ha dejado mucho que desear respecto de tal problema, a pesar de haberse decidido a enfrentarlo. Lo vivimos en la calle, lo dicen las encuestas de todo tipo y seña, desde hace tanto tiempo. El problema parece tan grave que rebasa el alcance de cualquier estrategia de combate. Se respira en el aire. Es un asunto de estructura, social y cultural. Se lleva en los genes, se dirá, para ponerlo con las hipérboles en un plano de realce. Los medios, por supuesto, no mienten en lo fundamental sobre el problema: hay inseguridad, aunque sí mienten en lo formal con sus exacerbaciones. Por ejemplo, un caso emblemático de sesgo mediático es la inseguridad en el Zulia. A juzgar por el silencio mediático, allí no existe, allá la vaina es un paraíso, con Manuel Rosales (uno de los jefes opositores) en la gobernación. Verdades y mentiras mediáticas. No hay sicariato, ni secuestro, ni paramilitares ni homicidios; y, si lo hay, no es del todo malo. Mundo virtual. La inseguridad la hay en grado preocupante en todo el país, pero en niveles aterradores en las entidades gobernadas por el partido de gobierno. Así la colocan los medios en la pantalla. Donde manda la derecha, si hay, la hay con el efecto Robin Hood a la inversa: es una delincuencia buena, blanca y blanda. En cambio, la delincuencia de un estado full chavista es extremadamente criminal. Así es la voluntad de los dueños de medios expresada en sus noticias. Ya vera usted cómo la inseguridad del Zulia, buena hoy, se vuelve maluca cuando el partido de gobierno lo gane electoralmente.
LA ONU CONTRA LA HUMANIDAD
Hace 1 mes
1 comentario:
Bájate de esa nube, aquí el PUSV no gana.
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