2008: prueba de fuego para la revoluciones continentales

El año clave para las revoluciones en América Latina: 2008. El espurio referendo secesionista de Santa Cruz de Bolivia encendió la mecha de los ataques imperiales, dejando al descubierto la comparsa de sus cómplices locales, tumbado de una vez por todas las máscaras de los que se llaman demócratas en el continente, defensores de los derechos humanos y de la libertad, el lenguaje mismo que usa los EEUU para cometer sus barbaries. Plagar de miserias al mundo en nombre de la libertad, como se sabe desde hace mucho. La oligarquías locales, continentales, internacionales; la derecha política latinoamericana, cerrada al rechazo popular del modelo económico al que se aferran. Después de lo de Bolivia, parece brotar el autonomismo por todas partes: en Guayas, de Ecuador, y Zulia, de Venezuela. Verdadera pena para la dignidad de quien se llame latinoamericano. Locales vendidos al interés foráneo. Descubietos ya cuando fundaron en Ecuador, en el 2006, una organización de esas, "para la libertad", secesionista, casualmente de los pedazos de tierra de América Latina más ricos. Todo un plan. Poco antes EEUU había realizado una operación llamada "Libertad Duradera", ejercicios militares de intimidación; movieron la IV Flota de la Armada; meten y sacan portaavionenes y submarinos nucleares en Curazao, el Caribe. El objeto: la intimidación, el mandato a ser neocolonias. Más objetivo: arruinar el resurgimiento de la izquierda en América: Venezuela, Brasil, Ecuador, Boliviar, Nicaragua, Chile, Argentina, Paraguay. Sueño: quebrar a Chávez en la elecciones regionales de este año, arruinar la Constituyente en Ecuador, perder a Evo Morales en su referendo revocatorio. Sueño sagrado: evitar a toda costa la conformación del próximo Consejo de Defensa Suramericano.