Los ruralistas contra Cristina como los meritócratas contra Chávez

Nadie dice que los "cacerolazos" hayan sido inventados en Chile, cuando la alta burguesía decidió tomarse las calles con gran estruendo y tumbar a Salvador Allende, apoyada por la CIA.  Lo que sí es cierto es que ya el método, esto es, salir a la calle o asomarse por los balcones golpeando las ollas, la derecha política lo ha puesto en práctica en Venezuela durante el golpe de Estado de 2002 y otros países, como lo hace hoy en Argentina.  Pero en Venezuela el cuento fue distinto.  Entonces el tiro le salió por la culata.  Ni Venezuela vivía la época fatal de Chile ni Chávez era Allende.  Ahora le toca a Argentina, donde hoy los carajos estremecen sus ollas, dispuestos a salir de la presidenta Cristina Fernández mediante el ahogo económico.  Lo mismito que aquí, ni más ni menos.  Grandes ricachones saliendo a la calle a decir que sus ollitas están peladas y pobres.  Grandes sectores económicos chantajeando con su poder agrícola a la presidencia constitucional de la república.  Aquí en Venezuela era sector el petrolero (PDVSA y su meritocracia); allá lo es el agrícola, la potencialidad económica de Argentina.  Se llaman "ruralistas" y trancan vías, saboteando la distribución alimentaria del país con el propósito de asestar un palo de muerte a la presidencia, de generarle un rechazo en la población.  En fin, es el arduo trabajo de la derecha política en el continente:  tratar de convencer a sus habitantes de que ellos en el poder lo hicieron bien en su oportunidad histórica y que eso que dicen por ahí de que hay hambre es mentira.  Que es mentira, inclusive, el crujido de las tripas de los paisanos cuando los ven a ellos comiendo.  Son mentiras de Hugo Chávez, Fidel Castro, Evo Morales, Rafael Correa y la atacada presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, quienes fueron elegidos presidentes de sus países con la encomienda de enderezar los entuertos que la derecha política -ciega- se niega a reconocer, aferrados a su pasado de gloria explotadora.  Cabe decirles que, si no cambian de actitud para con su pueblo, no podrán volver jamás a través de la vía popular.  Todo esto lo que está es dejando una gran enseñanza:  los gobiernos tiene que blindarse contra los monopolios del poder económico.  Ni más ni menos.