Se fregó Chávez en Gran Bretaña −como si antes no lo estuviera−: Perdió Ken Livingston −un aliado− la Alcaldía de Londres y Ruperth Murdoch, un magnate gringo acérrimo enemigo, se compró el Wall Street Journal, uno de los periódicos más vendidos de la nación, ubicado en la extrema derecha política, la cual genera 12 millones de ejemplares diarios de los 14 millones ejemplares de periódicos que se publican en el país. Ahí está ahora metido Ruperth Murdoch con su ataque a Venezuela, así como el nombre de Hugo Chávez flota, denigrado, sobre tan descomunal poder mediático de la extrema derecha inglesa. El efecto fue inmediato: el presidente de Venezuela empezó a circular en una imagen dictatorial y matonesca, lo cual no venía a sumar ninguna novedad, pues ya de antemano la prensa restante hacía su trabajo. Pero con la llegada de tan connotado magnate, la cosa como que toma un sesgo mucho más que dogmático, se hace programa, institución. Se trata de gente que se siente dueña del mundo, de la tierra de todos, de las vidas que sobre ella habitan; y cuando uno de esos habitantuelos decide abrir los ojos y reclamar que el planeta no es exclusivo de ellos, entonces se arrechan y buscan matar al bandolero. Ni más ni menos. ¿Cuántos Ruperth Murdoch no hay por ahí, en España, Colombia, Perú, en toda Latinoamérica, más preocupados que nunca porque ahora no es Venezuela la única que se levanta, sino el continente completo? Como sea la izquierda crece, sea ya por sí misma o por decrecimiento de la derecha, pero a fin de cuenta el saldo es favorable para el pensamiento del cambio. Sobretodo en Venezuela hay muchos “ruperticos”, dueños de medios de comunicación, dizque demócratas, dadores de golpes de Estado, afiliados a la SIP, soñadores eternos con la recuperación de la "patria", para volverla a joder sin contemplación alguna, como han hecho siempre. La desean ahora más que nunca, pues la ha saneado la Revolución Bolivariana. ¡A esperar sentados!
LA ONU CONTRA LA HUMANIDAD
Hace 1 mes
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