Honduras ingresa en el ALBA porque con EEUU lo que renta es el hambre

Mala cosa para los amadores de lo gringo.  Su relación con estos países no ha dejado más que miseria y relaciones monstruosamente asimétricas de intercambio, sea comercial o político.  ¿Cómo sostener el amor en tales condiciones, especialmente quienes en su nombre a diario sueñan con quebrar la constitucionalidad en Venezuela para entregarles el país en bandeja de plata?  Que si la Faja Petrolífera del Orinoco de regalo, que si las bombas de gasolina en manos de las transnacionales , que si los centro educativos para ellos y con sus pensa de estudio, que si una Intesa cerebro de PDVSA, que si el estado numero 52 de la Unión norteamericana...  EEUU se quebró él mismo para nuestros países, por su mezquindad y maquiavelismo.  No todo embuste y doble cara duran para siempre.  Ha quedado al descubierto de modo desvergonzado… Entre cielo y tierra...  Y desde hace unos años ya hay reacciones.  El hambre no se aguanta mucho tiempo en la bolsa del estómago.  El ALCA que le quisieron sembrar a los latinoamericanos fue un soberbio fracaso; los Tratados de Libre Comercio (TLC) que a cada rato inventan cada vez cuestan más en ser aceptados por las naciones.  Vea a México, con quince años de TLC:  le chuparon todo el petróleo y le dejaron no más el armazón de huesos, para el disfrute de los mexicanos.  ¡Que viva México con su soberanía, caramba!  Vea a los hondureños:  7 de 10 viven en pobreza.  Terrible.  Hoy, a excepción de los capitalistas de siempre, empresarios sinvergüenzas, rehúyen a seguir comprometiéndose comercialmente con los EEUU, porque el roce no le ha dejado más que miserias.  Recientemente ingresó en la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), porque la organización le ofrece duplicación de ayuda económica, cosa de la que ha sido incapaz "el mejor país del mundo", que lo ha usado no más para guerras y bases militares.  Su presidente, Manuel Zelaya, dijo que la alianza con los EEUU no ha funcionado.   ¡Y enhorabuena!:  nunca es tarde para abrir los ojos, con todo y que sea un presidente de la derecha política, proclive a las doctrinas del libre comercio.