Los gringos están al descubierto en Afganistán, donde al frente de un ejército extranjero compuesto por 150 mil soldados combaten al talibán presuntamente con el propósito de atacar al terrorismo. En realidad buscan combustible, negocios para sus transnacionales. Cualquier idiota viene y cree que esta suerte de “salvadores” o “policías” del mundo luchan allá por una causa progresista. Por tí, por mi, por el bien de todos. Combatiendo a los “malos”, siendo ellos los “buenos”, como suelen presentarse en sus películas hollywoodenses. Hay mucho genio por allí en la calle que te lo dice en la cara, cuando surge una discusión política, defendiendo la condición de “paladín” de los EEUU. Pero la historia es otra. La razón es otra. Lo sabemos tú y yo, por más que tú maquilles como quieras tu renuencia mental para comprender y por más que yo prefiera ser un pedazo de bruto para no entender las miserias de este mundo. En nombre de la guerra muere allá mucha gente inocente. Un ejemplo basta nomás para dejar claro el asunto: el uso de los aviones no tripulados, que matan más civiles que milicianos o soldados enemigos. En fin, amigos, el cuento es que los señorones salvadores de la patria mundial están de narices metidos allá porque saben que Afganistán es la nueva Bolivia del litio, con reservas equiparables de esta sustancia, además de otras que las tierras afganas poseen generosamente, como cobre, hierro, oro, niobio y cobalto. Tal es la esencia de la “guerra” contra el terrorismo, ingente esfuerzo que nos pinta diario lo importante que es ubicar y exterminar un objetivo ya mítico llamado Osama Bin Laden, volador de torres y luchador antiimperial. Ya el Pentágono soltó la lengua y dejó escapar la investigación que hicieron sus geólogos y que ya en un pasado habían hecho los soviéticos. ¡El país es una mina! El argumento del terrorismo debe ser, por ende, fomentado para continuar allí justificando la guerra, mientras se extraen las riquezas. Saque usted la cuenta nomás pensando en el litio y las enormes aplicaciones y ganancias que tendrán las transnacionales. Baterías para celulares, ordenadores portátiles y coches eléctricos, para mencionar un ejemplo apenas. Negocio redondo para un selecto grupo de empresarios. ¡Que siga la guerra, hombre!
Nota: datos tomados del semanario Temas Venezuela, nº 364 (2.010), Jun. 18-24; p. 20.
No hay comentarios:
Publicar un comentario